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lunes, 21 de agosto de 2017

La existencia de Dios en un lapso infinito contenido de 0 a 1

Sobre la existencia de Dios.

Quizás cada uno de nosotros hemos participado por lo menos una vez en la vida en alguna discusión acerca de la verdad sobre la existencia de Dios.

Las posturas que envuelven dicho debate son muy claras, debido a que se puede adoptar una posición a favor o en contra de aceptar que existe un ser supremo, cuya presencia nos acompaña en todo momento, que forma parte de nuestras vidas como todo forma parte de su existencia y por ello, es un común denominador existencial para todo lo que existe en el universo.

Uno de los argumentos más recurrentes que he encontrado en la red, se basan en el aspecto relacionado a probar la existencia de Dios, debido a que no "se puede ver, tocar, medir, observar, probar o verificar objetivamente que existe", como la base principal para demostrar que algo no existe, debido a la falta del conocimiento empírico (obtenido a través de la experiencia) que sustente científicamente la postura de la existencia de Dios.

Personalmente, no soy un hombre religioso, pero creo fervientemente en Dios, y a través de sentir su presencia en mis momentos más difíciles me he convencido de su existencia, razón por la cual comparto la siguiente reflexión.

El filósofo griego Aristoteles, al cuestionarse sobre el origen de la vida, fue uno de los primeros exponentes que afirmaba que ésta podría aparecer de manera espontánea, comenzando con ello la teoría de la generación espontánea.

En el año 1648, Van Helmont realizó un experimento utilizando trigo y ropa sucia, para demostrar que después de 21 días se creaban en forma espontánea ratones, en edad adulta y con la capacidad de reproducirse con otros ratones, estos últimos cuyo origen se daba por biogénesis. Esta teoría, iniciada por Aristoteles y reforzada por el experimento de Van Helmont sobrevivió 2 siglos más, debido a que, presumiblemente, una fracción religiosa apoyaba dichos argumentos como ciertos, a pesar de que ese experimento se realizó sin un diseño y control adecuados, sin aislar condiciones o posibles elementos que modificaran el resultado.

La teoría de la autogénesis fue refutada con otros experimentos clásicos del conocimiento científico, tales como el de Pasteur, quién con sus frascos en cuello de cisne, pudo aislar  efectivamente los elementos considerados como base para la generación espontánea y con ello asegurar un mayor control sobre los elementos utilizados, en este caso un caldo de carne, para demostrar, sin lugar a dudas, que la generación espontánea no es un fenómeno posible.

A pesar de que la comunidad científica apoyó una teoría por una gran extensión de tiempo, era necesario contar con un diseño experimental más adecuado, así como con los instrumentos precisos para demostrar el conocimiento verdadero (episteme).

¿Cómo se relaciona esto con Dios?

El razonamiento expresado en este texto parte de la idea de que no se cuenta con un instrumento adecuado para medir la existencia de una entidad que es omnipresente, omnipotente, atemporal, infinita, que forma parte activa de la vida de todos los elementos de la realidad.

Hay conceptos del conocimiento humano que nos pueden acercar a la comprensión de un ser con tales características, uno de los cuales es el concepto matemático del infinito, el cual se considera una parte fundamental en cálculos matemáticos tales como las funciones de densidad de probabilidad gaussiana, que considera números continuos en un lapso que va desde menos infinito hasta infinito.

Por ejemplo, entre el 0 y el 1 existe una cantidad infinita de números, tales como el 0.1,0.001,0.0001 y así sucesivamente, y mientras la existencia personal de un ser humano es igual (para este ejemplo matemático) a un número aleatorio tal como 0.0001321, Dios abarca todo lo que se encuentra de 0 a 1, simultáneamente, y cada uno de estos elementos numéricos son contenidos dentro de Dios debido a que la plenitud de la existencia (de 0 a 1) es la razón matemática que explica a ese ser superior.

En ese sentido, 0 es la inexistencia de la vida en el universo, tal como la conocemos, y el número siguiente representa el momento en el que Dios ordena "hágase la luz", según el libro del Génesis; mientras que el número 1 es la representación de Dios, debido a que es la suma de todos los elementos contenidos entre la cantidad siguiente de 0 y la cantidad anterior a 1.

Esta propuesta presenta un problema fundamental, la comprensión de Dios en términos de nuestra propia perspectiva, pues considerando el argumento expuesto anteriormente, somos un punto en un conjunto infinitesimal de observaciones de la realidad (un 0.00000000001, por ejemplo, en un plano existencial de números continuos considerados desde 0 hasta 1).

Debido a este problema, las religiones han buscado interpretar el concepto de Dios para acercar su comprensión a las personas mediante la asignación de características reconocibles en el ser humano, por ejemplo, darle rostro, nombre, lugar de nacimiento o características e historia personal  que sirva como prueba y testimonio de su existencia.

Es probable que, debido al manejo de la figura de Dios como parte central de las religiones en el mundo, el debate sobre su existencia se centre en un debate religioso (no espiritual), sobre los fundamentos de cada uno de estos grupos humanos creados con un fin específico, que puede ser desde compartir una experiencia personal de acercamiento con un ser supremo o con fines meramente monetarios.

Personalmente considero que el mejor instrumento para comunicarse con ese ser supremo es la oración; puesto que, elevar una plegaria, en forma honesta, con auténtica Fe, es una experiencia espiritual reconfortante y transformadora de vidas.

A manera de conclusión, esta propuesta considera que el conocimiento científico actual no ha llegado a un nivel de desarrollo tal que permita medir un elemento de la existencia en una mayor cantidad de dimensiones a las que forman los fenómenos naturales; que trascienda a la naturaleza, que exista en diversos planos en forma simultánea además de tener presencia en cada una de las cosas que se encuentran en el universo.

Tomando como ejemplo no solamente Dios sino otros fenómenos de la existencia tales como un pensamiento, el cual se define como un concepto relacionado con el producto de la actividad de pensar, la cual la Real Academia de la Lengua define como "Formar o combinar ideas o juicios en la mente", la mente definida como "Potencia intelectual del Alma", el Alma definida como "Principio que da forma y organiza el dinamismo vegetativo, sensitivo e intelectual de la vida", encadenando con ello una serie de conceptos reales, que existen, que forman parte de nuestra vida cotidiana sin ser (aún todavia) medibles, presenciables, tangibles o demostrables.

Es como pedirle a un objeto bidimensional que describa las características de uno tridimensional, o ese último que comprenda adecuadamente un hipercubo (un cubo de cuatro dimensiones).

¿Qué les parece? Se aceptan ideas, propuestas, debate y críticas!

Saludos y bonito inicio de semana.

Saúl Alfonso











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